Resquebrajados están los anhelos
perdiéndose en vagos laberintos
buscando el amparo de las sombras
que descubren el tiempo infinito.
Esparcidas cenizas a los vientos
de suspiros como gemas del ayer
en el cántico estridente de sirenas
que marcaron el rumbo del después.
Impertérritas estatuas mancebas
acunando vientres dormidos
mansamente sometidos.
Especimenes de rara fortaleza,
ante el dolor no desmayan ni cesan,
arremeten rompiendo la dureza.
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