lunes, 16 de agosto de 2010

ENTRE EL SER Y EL NO SER NADA


Las redes sociales y la vida misma

Carl Jung fue joven colega de Freud, se dedicó a la exploración del “espacio interno” a través de todo su trabajo. Se lanzó a la tarea equipado con los antecedentes de la teoría freudiana, por supuesto, y con un conocimiento aparentemente inagotable sobre mitología, religión y filosofía.
En sus arquetipos hablo de “la sombra” que sería el “lado oscuro” del Yo, es nuestra parte negativa o diabólica también se encuentra en este espacio. Esto supone que la sombra es amoral; ni buena ni mala, como en los animales. Un animal es capaz de cuidar calurosamente de su prole, al tiempo que puede ser un asesino implacable para obtener comida. Pero él no escoge ninguno de ellos. Simplemente hace lo que hace. Es “inocente”. Pero desde nuestra perspectiva humana, el mundo animal nos parece brutal, inhumano; por lo que la sombra se vuelve algo relacionado con un “basurero” de aquellas partes de nosotros que no queremos admitir.
Habló también de “la máscara” La sociedad nos exige ciertas actitudes y conductas para ser aceptados en ella. Jung explica cómo se moldea la imagen de cada individuo a través del concepto de persona, aquella faceta de la personalidad que representa nuestra imagen pública. La persona responde a las exigencias sociales, es la "máscara" que nos ponemos para salir al mundo. Comienza por ser un arquetipo y con el tiempo la vamos asumiendo como propia, hasta que llega a ser parte de nosotros mismos. Esta máscara se convierte en una verdad donde lo individual -lo original- es mal visto o desaparece (es reprimido) y eso que nos hace diferentes del colectivo, pasa al inconsciente, transformándose en "lo disfuncional" de la personalidad A veces con dolor y desgaste el hombre llega a alienarse de sí mismo en beneficio de una personalidad artificial "adaptativa". Quienes en la vida social se presentan como "fuertes", "de hierro", son en el fondo, y quizá lo muestran en su vida privada, "niños" vulnerables, tímidos y algo melancólicos. Y otros que como se dice "parecen no romper un plato" llevan dentro de sí mucha ira, resentimiento y sed de venganza.
En este punto es dónde comienzo a ver las actitudes de las personas en las redes sociales.
El anonimato que les da en Cyber espacio hace que depositen allí su máscara y su sombra. Es aquí donde, cual aves carroñeras, rondan buscando “víctimas” para lanzar sobre ellos su ira, su resentimiento y su sed de venganza. Sería raro ver venganza en alguien que no conoce, pero en sus mentes enfermas encuentran en el blanco elegido el hábitat indicado para vengarse de su patética vida, de sus frustraciones, por que a quien agreden representan lo que ellos no pudieron ser, lo que no lograron y hacen un desplazamiento de sus frustraciones.
Esa "sombra" es una zona oculta de nuestra personalidad, nuestro lado más oscuro. Se manifiesta en sentimientos e ideas que el mismo individuo considera censurables, irritantes, desagradables y destructivos, y en las redes sociales la liberan completamente.
En su primera obra filosófica, El ser y la nada Sartre concebía a los humanos como seres que crean su propio mundo al rebelarse contra la autoridad y aceptar la responsabilidad personal de sus acciones, sin el respaldo ni el auxilio de la sociedad, la moral tradicional o la fe religiosa. Al distinguir entre la existencia humana y el mundo no humano, mantenía que la existencia de los hombres se caracteriza por la nada, es decir, por la capacidad para negar y rebelarse.
En las redes sociales estos pseudo individuos crean su propio mundo, un mundo donde habitan sus deseos reprimidos, sus angustias, lo que quisieron ser y no son, lo que desearon lograr y no pudieron y la envidia del éxito ajeno. Personas mediocres e intelectualmente nulos, incapaces e ganar per se simpatías y adhesiones, por que sus limitaciones le impiden crear pensamientos originales e intentan por medio de injurias, insultos ganar adeptos con características similares, aglutinándose y escondiéndose como un rebaño sin metas fijas , incapaces de lograr una auténtica existencia humana.
Así continuaran pululando por las redes sociales, robando identidades, agrediendo, pero sin lograr jamás a ser ellos mismos, sin encontrase ni tener una meta en su insignificante vida.
Nunca serán individuos plenos por que junto con las carencias anteriores le suman la mitomanía, y se aferran a esas mentiras como un náufrago a una tabla, llegando a adentrarse de tal manera que luego le es imposible discernir entre la verdad y la falsedad, por que sus mentiras pasan a ser su vida misma.
Y ya no eligen ser, se mantienen simplemente en su estructura de no ser nada.

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