Para Marina
Eran años mansos de sueños eternos,
De rebeldía y amores intensos,
Era la inocencia de la adolescencia,
Eran dos cuerpos en fuego fundidos.
Después el silencio dibujo un abismo,
Dentro de tu vientre una luz latía…
Pasaron los meses regados de nombres
Llenos de mentiras…colmado de traiciones…
El dolor intenso auguró el momento
De que reventara el capullo en flor,
Y tus ilusiones quedaron flotando
En un solo beso …beso del adíos…
Por reglas sociales que seguir debías,
Pasate de madre a solo una tía,
Mientras que tu alma muy lento moría
Lloraste por dentro tu melancolía.
El tiempo pasaba y sin darte cuenta
Una gran coraza en ti te forjaste,
Más ese primer llanto de recién nacida
Y el único beso nunca se dormía.
Un día cualquiera, por raro designio,
Una nueva fuerza brotó en tu nido,
Volviste a ser madre de tu única hija,
Esa que con engaños habías perdido.
Hoy cuando se duerme, es mujer crecida,
Como el único día del último beso,
Arrullas sus sueños con nanas antiguas,
Besas la frente de tu ángel dormido.
Con una caricia susurras “te quiero”
Y con la mirada empujas su vuelo,
Dándole confianza que había perdido
Y tu fortaleza de leona herida.
Sueños postergados de madre perdidos…
Sueños hoy reales de madre en su vida.
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