Desfallecía la tarde entre la brisa del mar
mis sentidos se perdían
se acababa mi andar.
No supe de sonrisas viejas
ni de dolores muy nuevos,
olvide con mansedumbre
los puñales de tus besos.
Tan solo un calor nuevo,
calor de un amor sincero,
amor que tú me negaste,
amor de dolor doliendo.
Otros brazos me cargaron
con ternura infinita,
brazos que no conocía
pero eran conocidos,
Era el amor de amores,
la luz de luces infinitas,
el calor de todos los calores
y toda la sabiduría.
No recuerdo que pasó
en aquella arena tibia,
solo sé que desperté
con ansias de vivir la vida.
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